Una receta de postre muy sencilla, hecha con frutillas que varían según el lugar. Se toma caliente acompañado de nata helada. La he sacado de un libro de recetas canadienses que tenía por casa, en Québec la receta original es con arandanos, pero yo la probé por primer vez en Irlanda con frambuesas y repetí en Francia con algo similar. Obviamente, si repito es porque està rica, pero debe ser muy calòrica ya que se inventò en épocas de escasez y de necesidad de alimentos bien «potentes»
Los ingredientes en este caso son:
- 600gr. de fresas.
- 3 cucharadas de mantequilla.
- 50 gr. de azúcar.
- 50 gr. de azúcar moreno.
- un limón para exprimir.
- 30gr. de harina.
- 175gr de harina de avena.
Los pasos:
Untamos con mantequilla la base de una fuente y añadimos los trozos de fresa.
Exprimimos un limón y los mezclamos bien con el azúcar blanco. Vertemos este jugo sobre las fresas.
En un bol, añadimos el azúcar moreno, las harinas y la mantequilla. Lo mezclamos todo bien hasta que quede grumoso y nada de polvo suelto.
Esta mezcla se pone encima de las fresas y lo horneamos a 160ºC durante unos 40 ó 50 minutos.
Y listo:
Tengo que encontrar Sirope d'Erable puro para cocinar tartaletas como la del libro. Me hacen recordar algo muy concreto...
Recuerdo Candiac, pleno enero, fuera todo es blanco, haràn unos -22, seràn las 16h pero es como noche cerrada, café calentito, tartaletas de sirope y nueces de pacán. Conversaciones trascendentales con N. Möller. Inolvidable!!
5 mensajillos:
Besotes
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