Novela no linear del escritor argentino Julio Cortàzar. Calificada de antinovela por sus detractores, pero definida como «contranovela» segùn el propio autor. Es una obra compuesta por 155 capìtulos que invitan a la reflexiòn, siendo buena parte de ellos autobiogràficos. Puede leerse de dos formas: siguiendo el orden del libro, o siguiendo el Tablero de direcciòn (tabla con el orden a seguir de los diferentes capìtulos), con ésta se intercalan subtextos de otros autores y otros àmbitos. El objetivo de Cortàzar es conseguir un lector activo que olvide la importancia de lo que va a pasar al final de la historia.
El tìtulo hace referencia al juego de la Rayuela, al significado de llegar a la meta o cielo de la Rayuela, que es como una quimera autoimpuesta: se busca siempre algo que no se sabe exactamente qué es.
La Rayuela se relaciona con los progresos del alma, con ceremonias y ritos de pasaje, con el laberinto y la espiral de la vida. En la Rayuela, el 1er casillero, representa la niñez, el 2do, la juventud y el 3ero, la vejez. En el 4to y el 5to, debemos darnos vuelta para mirar el recorrido, el mismo que nos llevara al cielo. Lo que plantea Cortázar, es que si uno tira la piedra, nunca sabremos en qué casillero caerá, pero lo que sí es seguro, es que estos caminos pueden cambiar de la noche a la mañana, solamente hay que buscar el cielo propio, el «corazón del alcaucil»
La Rayuela se relaciona con los progresos del alma, con ceremonias y ritos de pasaje, con el laberinto y la espiral de la vida. En la Rayuela, el 1er casillero, representa la niñez, el 2do, la juventud y el 3ero, la vejez. En el 4to y el 5to, debemos darnos vuelta para mirar el recorrido, el mismo que nos llevara al cielo. Lo que plantea Cortázar, es que si uno tira la piedra, nunca sabremos en qué casillero caerá, pero lo que sí es seguro, es que estos caminos pueden cambiar de la noche a la mañana, solamente hay que buscar el cielo propio, el «corazón del alcaucil»
Independientemente de la forma de lectura escogida, el interés de la novela no se centra en la historia en sì, se centra en la psicología de sus personajes ante temas como el amor, la muerte, los celos y el arte.
Las reflexiones son interesantes, el dominio del lenguaje del autor es impresionante, sin embargo, ha sido mi tercer intento de leerlo siguiendo el tablero hasta que al final me he dado por vencida y lo estoy leyendo de principio a fin. Solo lo recomiendo a quien tenga mucha curiosidad por Cortàzar y su obra, un gran interés por los diferentes temas y ademàs que tenga la paciencia de leer la mayorìa de las notas a pie de pàgina con las infinitas referencias.
En concreto lo que no me gusta es el abuso de las referencias sobre temas musicales (odio el jazz) y referencias sobre el plano urbano de la ciudad de Paris. Las encuentro innecesarias en el objeto del autor de crear una «contranovela» y que el lector abandone el hilo argumental para centrarse en la atmósfera de los personajes y sus reflexiones. Del resto de referencias, sobre cultura general (por ejemplo, obras clàsicas, mitologìa e informaciòn de eruditos de otras épocas) debo destacar que es un fuente de documentaciòn inmejorable.
El dominio cultural del autor no es un signo de pedanterìa, hay que tener en cuenta que forma parte de la biografìa del autor.
Capìtulo 93, pàgina 593:
Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fàciles. Sacàs una idea de ahì, un sentimiento del otro estante, lo atàs con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. (...) De la palabra a los actos,che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estanqueado en la mitad del patio. Vos diràs que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Béatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegìs la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salìs de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba*, las perras negras se vengan como pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa. Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. Por qué, por qué, pourquoi, why, warum, perchè este horror a las perras negras? Miralas ahì en ese poema de Nashe*, convertidas en abejas. y ahì, en dos versos de Octavio Paz*, muslos del sol, recintos del verano. Pero un mismo cuerpo de mujer es Marìa y la Brinvilliers*, los ojos que se nublan mirando un bello ocaso son la misma òptica que se regala con los retorcimientos de un ahorcado. Tengo miedo de ese proxenetismo, de tinta y de voces, mar de lenguas lamiendo el culo del mundo. Miel y leche hay debajo de tu lengua*... Sì, pero también està dicho que las moscas muertas hacen heder el perfume del perfumista. En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque haya que renunciar a la inteligencia, quedarse en el mero pedido de papas fritas y los telegramas Reuter, en las cartas de mi noble hermano y los diàlogos del cine. Curioso, muy curioso que Puttenham* sintiera las palabras como si fueran objetos, y hasta criaturas con vida propia. También a mì, a veces, me parece estar engendrando rìos de hormigas feroces que se comeràn el mundo.
En concreto lo que no me gusta es el abuso de las referencias sobre temas musicales (odio el jazz) y referencias sobre el plano urbano de la ciudad de Paris. Las encuentro innecesarias en el objeto del autor de crear una «contranovela» y que el lector abandone el hilo argumental para centrarse en la atmósfera de los personajes y sus reflexiones. Del resto de referencias, sobre cultura general (por ejemplo, obras clàsicas, mitologìa e informaciòn de eruditos de otras épocas) debo destacar que es un fuente de documentaciòn inmejorable.
El dominio cultural del autor no es un signo de pedanterìa, hay que tener en cuenta que forma parte de la biografìa del autor.
Capìtulo 93, pàgina 593:
Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fàciles. Sacàs una idea de ahì, un sentimiento del otro estante, lo atàs con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. (...) De la palabra a los actos,che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estanqueado en la mitad del patio. Vos diràs que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Béatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegìs la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salìs de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba*, las perras negras se vengan como pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa. Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. Por qué, por qué, pourquoi, why, warum, perchè este horror a las perras negras? Miralas ahì en ese poema de Nashe*, convertidas en abejas. y ahì, en dos versos de Octavio Paz*, muslos del sol, recintos del verano. Pero un mismo cuerpo de mujer es Marìa y la Brinvilliers*, los ojos que se nublan mirando un bello ocaso son la misma òptica que se regala con los retorcimientos de un ahorcado. Tengo miedo de ese proxenetismo, de tinta y de voces, mar de lenguas lamiendo el culo del mundo. Miel y leche hay debajo de tu lengua*... Sì, pero también està dicho que las moscas muertas hacen heder el perfume del perfumista. En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque haya que renunciar a la inteligencia, quedarse en el mero pedido de papas fritas y los telegramas Reuter, en las cartas de mi noble hermano y los diàlogos del cine. Curioso, muy curioso que Puttenham* sintiera las palabras como si fueran objetos, y hasta criaturas con vida propia. También a mì, a veces, me parece estar engendrando rìos de hormigas feroces que se comeràn el mundo.
4 mensajillos:
Biquiños
Besotes!
Precisamente eso de perder el hilo de la historia, que para mi siempre es lo más importante, para desmembrar la psiquis de los personajes, que no es lo primordial en las lecturas que busco.
Pero un día, estacionando el auto en la ciudad de la furia, encuentro tirado un libro en muy buen estado, lo meto en el baúl del auto y sigo mi camino.
Pensé que si la suerte me lo volvió a poner a mis pies, tenía que leerlo y lo terminé completo de un tirón en un fin de semana y algo más.
Agotador, pero muy interesante y supongo que revolucionario para la época.
Me gustan los blogs de viajes y estoy siguiendo tu viaje aunque desde el final hasta el comienzo.
Saludos
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