Kashtanka's blog


It's something like a hangover

14 de noviembre de 2010

Berlìn expreso - Parte I

Visitar Berlìn era un sueño. Un viaje de tan solo 56 horas ha pasado a ser uno de los viajes màs especiales e increibles que he hecho, por no decir que ha sido el mejor. Son muchas las razones para elevar a esta ciudad como mi ciudad preferida para visitar, querer conocerla en profundidad, incluso para vivir. Berlìn me ha enamorado. Ha sido una visita enriquecedora culturalmente, pero también ha sido una visita loca, como cuando los alemanes van a Mallorca a pasar una noche de marcha y desfase.  Era la adrenalina de la adolescencia, pero con 30 tacos. En tan pocas horas no solo me ha dado tiempo de enamorarme de la ciudad...

Jueves en Mitte:
Empezamos el recorrido en Alexanderplatz, foto al reloj mundial y a la Fernsehturm, que son solo una pequeña muestra de la preponderancia soviética en la RDA de antaño.


Tomamos la straße Under den Linden, con prisa y sin pausa. De este paseo destaco:

La Fuente de Neptuno, cuyas figuras femeninas en los extremos representan los rìos de Alemania: el Rin, el Òder, el Vìstula y el Elba.


El Ayuntamiento Rojo:

Marx y Engels, los precursores en Alemania del socialismo, comunismo y del movimiento sindical.


Escenarios tìpicos de los desfiles militares y congregaciones del Tercer Reich, como el Berliner Dom y la imponente fachada del Altes Museum


 
 
Cruzamos desanimadas toda la isla de Museos. No tenìamos tiempo de ver ninguno y lo lamentamos, pero a peticiòn mìa hacemos un alto en los edificios de la Humboldt Universitaet. No es de interés turìstico, pero para mì es una forma de reconocer los orìgenes: Ich bin auch ein Geograph.


Los Ampelmännchen son los hombrecillos de los semáforos. Han evolucionado hasta nuestros dìas, pero en muchos semáforos de la parte este conservan su fisinomía inicial. Obviamente pasarìamos por la Ampelmann shop para comprar algùn que otro souvenir.




Atravesamos la Brandenburger Tor, no sentì nada especial en comparaciòn con todo lo que me genera la imagen de 1989. Demasiado turìstico para mi gusto.





Pese a la cola de una hora de espera y mucho frìo, entramos en el Reichstag o Bundestag para subir a la cùpula de Foster. Es gratis y la audio guìa de las vistas es muy interesante. Tenìamos que conformarnos con ver desde lejos el Tiergarten, la Siegessaüele (Columna de la Victoria) y el edificio de la Haus der Kulturen der Welt.





Al salir nos encontramos con el Memorial de los caìdos que intentaron atravesar el muro. Vidas perdidas incluso meses antes de la caìda del muro.



Y con el Memorial del Holocausto Judìo. Dejando atràs a los estùpidos teenagers turistas se respira una atmósfera tétrica, es como estar rodeada de nichos en un cementerio.



Llegamos a Potsdamerplatz y encontramos los primeros segmentos de muro correctamente maltratados por occidente. Ademàs de los chicles pegados como muestra de desprecio, se reclama la paz y el fin de la Guerra Frìa.



Potsdamerplatz quedò destruida en la IIGM y con el muro pasò a ser tierra de nadie. En la actualidad es un punto neurálgico de la vidilla berlinesa. Con el frìo que hacia, era necesario tomar Glühwein (vino caliente) y alguna porquerìa de comer tìpicamente alemana.


Después de comer, nos dirigimos a la zona de la Topographie des Terrors, dònde el muro aparece con su relativo esplendor. Allì sì que nos detuvimos para ver una exposiciòn al aire libre que documenta la organizaciòn de la Gestapo, las fuerzas de la SS, el exterminio y las persecuciones de judìos y gitanos.


The enemy can see your light! Black-out!

Era obligatorio ir hasta el Eurodisney alemàn. Este es el Checkpoint Charly, uno de los famosos pasos fronterizos entre oeste y este.





El dìa lo terminamos visitando a unas amigas españolas en Berlìn, el patio de su casa nos pareció divertidamente de terror con grafitis por todas partes.

Experimentamos la libertad de beber botellines de cerveza en plena calle, era increíble que fuese un acto tan normal y corriente. Fue muy divertido!!


Salimos de marcha hasta no muy tarde por el distrito de Friedrichs-Hain, era jueves y el transporte se reducìa para llegar al albergue en Landsberger Alle. Como nadie leerà hasta aquì, me apetece mucho confesar que tuve mi primer pequenyo enamoramiento berlinés: un chico muy guapo con el tabique nasal atravesada por un piercing de aro. Dios, estoy loca! Language barriers exist!!

TO BE CONTINUED...

10 mensajillos:

Se me ha borrado..,

Decía que con las ganas que tengo de visitar Berlín que me avises la proxima
 
Saturnino, he decido seriamente aprender la lengua e irme a vivir allì, a ver si es posible y puedes visitarme, jajajaja...
 
Yo tengo familia en Viersen, pero jamás he pisado Alemania. Algún día. Lo prometo. :)
 
espero con ansias la parte II..y toda mi admiracion si estudias el alemán, yo me he dicho que con el francés he acabado por esta vida :) abrazos fuertes desde Montreal.
 
y si lei hasta el final...quiero saber quien es!!!!
 
Qué envidia!!nos apuntamos a visitarte en tu próxima nueva casa,je,je.
 
Me apunto! Y recorto la página para que no se te olvide, ya hablaremos seriamente de un gorrón en tu casa berlinesa :-)
 
Domingo, no conozco Viersen, pero conozco bastante de Alemania ya y nada tiene que ver con Berlìn!!! Còmo van tus planes en USA?

Coni, tìa, te debo mails. Ya te contaré sobre los «pequenyos enamoramientos»...xDD

Tony Collbato, bienvenido al blog. Me encanta ese entusiasmo!!

Saturnino, jajajaj,si a mì me encantan las visitas!! Pero todos dicen que vienen y al final na de na. Aùn me dura el subidòn de Berlìn...ojalà pueda hacerse realidad!!!

Abrazos para todos!!
 
Me has alegrado el día.
Yo me enamoré también de esa ciudad, de los lugares, de sus gentes, de TODO.

Estuvimos en un hotel que hay pegado a la torre en la mítica Alexanderplatz, con la vidilla que había siempre por allí.

Yo tuve la suerte de poder recorrer un par de museos con un guía mexicano espectacular.

La puerta de Brandemburgo la vi por primera vez de noche, con muy poca gente, iluminada y me impresionó muchísimo. En tierra de nadie.

Cola de 40 minutos, rodeados de españoles por todas partes (estuve en verano) y vimos un atardecer espectacular, con el audio-guía relatando cada detalle.

Otro lugar que me fascinó y al que volví, Potsdamerplatz, con esa estructura fantástica, y las luces por la noche, y el Sony Center, y ese edificio sobre los restos ruinosos con ese pibote de sujeción de doble fachada o como se llame.

Como era verano, de noche la ente se sentaba en hamacas al lado del río con sus cervezas, o sentados en la hierba.

Me sorprendió la tranquilidad de una gran ciudad (estarían todos los alemanes torrándose al sol en España). Y la amplitud de sus calles, con muy poco tráfico y muchas bicis.

TENGO QUE VOLVER!!!!

Cuéntanos más cosas (incluyendo ese flechazo)

Biquiños
 
Lu, ya veo que seguimos coincidiendo. Éste ha sido una viaje muy intenso y sobre todo muy, muy loco. Envidio los museos de tu visita, yo me morìa de ganas de ver unos cuantos...Tengo que buscar bien en tu blog!!!
De Potsdamerplatz me gustò el ambientillo de los puestecitos, pero no hice mucho caso de los edificios de Sony y Chrysler. Aunque de noche era una pasada!! La embajada de Canadà està al lado y con tanto hormigòn moderno creìa que habìa vuelto a América. Por eso no lo destaco.
Tienes mucha suerte de haber visto Berlìn en verano, pese a las ordas de turistas.
Ha superado mis expectativas, cosa que ya no me pasa a menudo.
Abrazote grande!!
 

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