Schlettstadt y castillo de Haut-Koenigsbourg

Una hojeada ràpida a la guìa de Alsacia y en seguida, bingo!! tenemos destino para una pequeña excursiòn improvisada de domingo. Nos fuimos a Sélestat (o Schlettestadt en alsaciano o alemàn).

El dìa es frìo y no hay apenas nadie por las calles, eso le da mucho màs encanto. Encontramos casas lindas, aunque no tan llamativas como las de Colmar, pero tiene sus rinconcitos...

Los edificios emblemàticos de Sélestat son las iglesias de Sainte-Foy y de Saint-Georges.

 Y también la biblioteca de humanidades y la escuela.

Nos encontramos con las dificultades propias de Alsacia: el transporte pùblico es inexistente los domingos. El plato fuerte era visitar el Castillo de Haut-Koenigsbourg y casi tuvimos que hacer autoestop para llegar hasta él. Por suerte, apareciò nuestro héroe alsaciano del dìa y nos llevò hasta lo alto de la montaña.
Las vistas de la planicie alsaciana eran fantàsticas. Estàbamos cerca de las fronteras, con lo que segùn donde estuviese orientada la ventana del castillo, veìamos municipios de Alemania, Suiza y Francia.

Del castillo de Haut-Koeningsbourg hay que destacar su caràcter germànico, apreciable por los innumerables emblemas y por la robustez de la fortificaciòn. 

Personalmente destaco unas piezas verdes que adornaban cada una de las salas. Y que resultaron ser estufas hechas con barro cocido. Ademàs de bonitas, muy funcionales porque servìan para retener el calor y desprenderlo de forma gradual.