Eran las 13h30, planta cuarta, estàbamos 5 personas de 15 en el despacho. Absorta en dos o tres conversaciones de chat empiezo a sentir que mi silla tiembla, tardo tres, cuatro o incluso cinco segundos en darme cuenta de que es un temblor de tierra, y entonces pienso: «no pasa nada, ya va a pasar». Empieza a parecerme que se hace largo, en varias de esas conversaciones de chat llego a exclamar: «terremoto! terremoto! terremoto!». Todos los presentes nos miramos y confirmamos con las miradas, sin mediar palabra, que era un seìsmo. Fue el temblor de tierra màs intenso y largo que he vivido nunca, de unos 40 segundos. Acto seguido, sonò la alarma y un altavoz mandò que desalojàsemos el edificio. Por chat: «cierro, tengo que abandonar el edificio!!» Nada que ver con los que ya habìa sentido en Valencia. Esta vez me asusté, lo reconozco. En las escaleras de emergencia, Ana me vio y me llamò (ella bajaba del séptimo). Pasé segundos de miedo y verla fue un especie de alivio raro, sin mucho sentido, pero fue un alivio, al fin y al cabo.
23 de junio de 2010
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10 mensajillos:
Pues vaya susto,
Pero toda una experiencia para contar
Es normal los terremotos ahí?
No son nada frecuentes, hace 300 anyos hubo uno que fue debastador, pero eran otros tiempos...
Un abrazo!
BIQUIÑOS
Lu, sì, sue todo un susto!! un fuerte abrazo!!
Ufff! qué nervioso me pone a mi eso...
Saludos!!
Landahlauts, qué buen paralelismo. Suerte que no fue tan dramàtico!!Abrazote!!
Ana
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