El dìa que Nietzsche llorò

Muy buena adaptaciòn de la novela ficticia del psicòlogo Irvin D. Yalom (1992) en la que se narra una historia de amistad entre Frederick Nietzsche y Josef Breuer, a lo largo de la cual tiene origen el psicoanàlisis. Es la historia de una obsesiòn: «Amamos màs al deseo que lo deseado»

Aunque los diàlogos son siempre mucho mejores en la novela original, en la pelìcula no tienen desperdicio:

Nietzsche: ahora siento una gran pérdida. No sé, creo que he perdido a Lou y a usted...(sollozos) supongo que todo. Usted ha podido expulsar a Bertha de su mente y tiene una familia, usted tiene a su familia y yo solo mis refugios, mis pequenyos métodos secretos para soportar la soledad...

Nietzsche: es que no quiero morir solo, no quiero que mi cuerpo sea descubierto por el hedor, Lou suavizò ese temor durante un tiempo, pero tiene razòn, solo es una ilusiòn

Breuer: Frederick...

Nietzsche: solo es una ilusiòn

Breuer: Frederick, usted le importa a esa mujer, se preocupò mucho por ayudarle...

Breuer: si sus làgrimas tuvieran voz, qué dirìan?

Nietzsche: me da mucha vergüenza...mis làgrimas dirìan: «somos libres, èl nunca nos habrìa dejado salir si el Dr Breuer no hubiese abierto la puerta» (sollozos)

Breuer: y qué hay de la tristeza que se ve detràs de esas làgrimas?

Nietzsche: no es tristeza, es un gran alivio...es un gran alivio. Es la primera vez que revelo mi soledad, se desvanece Josef, se està desvaneciendo...

Breuer: qué paradoja, el aislamiento solo existe ùnicamente si te aìslas, cuando lo compartes se esfuma, mi querido amigo.

Nietzsche: somos amigos (sollozos). Me gusta decirlo...tampoco me lo habìan dicho jamàs...me gusta, me gusta...me gusta, somos amigos (sollozos), eso està bien.