Viviendo en Canadà, lo que màs apetece a la hora de volver a casa es ver sol y playa, pero también ponerse en contacto con el mundo rural español. Es agradable encontrarse con ciudades con historia de verdad, no con las que tienen siglo y medio de existencia, como suele pasar viajando por América.
Desde luego, viajar por la vieja Europa no tiene nada que ver con viajar por el nuevo mundo. Las diferencias son tan grandes como a la hora de comer fast food en Amèrica, comer pienso de vaca a precio de oro en Valencia, o ir por ciudades de Castilla la Nueva, Castilla la vieja y Extremadura comiendo como comerìa la burguesìa. Ays! pena me dan los tontarros fanàticos de la New Cuisine!
La escapada cundió lo suyo, asì que a modo de resumen visual destaco lo siguiente de cada ciudad:
Trujillo: Las huellas de la historia en toda la ciudad.
Évora: Los restos romanos del templo de Diana. Fue especial despedir el 2010 con fuegos artificiales!!!
Lisboa: todos sus rincones y la imagen de la crecida del nivel del mar en el puerto.
Sintra: Su encanto a la falda de una montaña gobernada por un castillo y el Palacio Nacional del siglo XVI.
Segovia: El Alcàzar, con la imprescindible y amena explicaciòn de la guìa y por supuesto, el famoso acueducto.
PS. Con este viaje he aprendido a diferenciar las bòvedas de cañòn con sus arcos de medio punto, de las bòvedas de crucerìa con sus arcos ojivales...xDDDD
1 mensajillos:
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