Rapsodia Gourmet (o Golosina, según qué editorial) es una novela prohibida para los que estén pensando en perder unos kilitos de cara al verano. Desfile incesante de delicias culinarias, sabores y sensaciones del paladar que sumergen al lector en un clímax descrito por su protagonista, Pierre Arthens, el mejor crítico gastronómico a nivel internacional.
En el mismo edificio de ricos de la Rue Grenelles de París, donde acontece la historia de la segunda novela de Muriel Barbery, La Elegancia del Erizo, se detallan los mejores recuerdos de sabores en las últimas 48 horas de vida del protagonista.
Con las horas contadas, Arthens se dedica de lleno a conseguir recordar aquel primer manjar de su vida que le dio la felicidad, el éxtasis en la degustación. En esa ardua tarea de reflexión, el reputado crítico va confesando a su vez, su asco e indiferencia por las personas que le han acompañado en su vida y como se ha convertido en alguien odiado por muchos. Un odio también relatado en primera persona por aquellos que lo conocían bien.
Al igual que en La Elegencia del Erizo, Muriel Barbery nos muestra temas filosóficos y sociales de un modo ligero y ameno que nunca dejan indiferente al lector.
Un final ni mejor, ni peor de lo esperado, con lo que gana mérito la lectura.
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